Martes 22 de octubre de 2019
MORENA LA APLANADORA... UN AÑO DESPUÉS.
El tsunami de Morena, o mejor dicho Andrés Manuel López Obrador, es un triunfo ciudadano que se volcó a las urnas para manifestar su rechazo a la corrupción, a la soberbia y dispendio de la clase política. El voto del enojo y el hartazgo tras el triunfo del tabasqueño se convierte en esperanza.
La ola tremenda obligó a los partidos tradicionales a reinventarse, pero sobre todo a reflexionar qué han hecho mal para alejarse de los ciudadanos que ya no los ven como una opción confiable. PRI, PAN y PRD lucen como marcas desprestigiadas. ¿En realidad, de la noche a la mañana, perdieron su doctrina? O el fenómeno es más simple: la soberbia ha alejado a los políticos de cumplir el objetivo principal de buscar el bien común.
Ahora bien, luego del repaso necesario, ya corrió un año ahora sí de gobierno, ahora si de este lado, el camino de la campaña donde se permaneció en la lucha y donde también otros ni se movieron, donde también otros se colaron al final, quizá ese sea el resultado y la solución, ese quedó atras.
Esta semana se vienen los informes de los Presidentes Municipales en el Estado de Baja California Sur.
¿Cuántos se casaron con el proyecto? ¿Quienes se van? ¿Quiénes se integran?
Con todo y eso MORENA y sus verdaderos militantes y seguidores deben redoblar los esfuerzos por no perder lo que los llevó al triunfo, lo que los hará mantener esa hegemonía, a pesar de los endebles intentos de la oposición por desprestigiar el trabajo.
Son pocos, son los mismos que han perdido y que ahora dicen tener la solución de lo que ellos mismos pervirtieron.
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